domingo, 27 de julio de 2008

ROCK & ROLL, ¿IS DEAD?


Hace rato que vengo masticando una idea (subjetiva) sobre la re-significación del rock, no solo como género musical sino como emblema cultural. Asociado a la rebeldía y el incoformismo el rock produjo una revolución cultural significativa, siempre fue la voz de un sector social enfrentado a la moral sexual,a los tabués sociales, a la discriminación y la guerra enarbolando las banderas de la libertad en todos los sentidos posibles. Hoy la industrialización de la música en el mundo en general y en Argentina en particular hicieron que el rock se "aburguesara" en algún sentido. Podríamos hablar de una aceptación social del rock.


Leyendo de todo un poco encontré una vieja entrevista al Indio Solari en la que el músico dudaba del rol actual del género rock . Planteaba que el ROCK ya no es sinónimo de contracultura y que no existen bandas como Los Redondos (salvo La Renga según el propio Solari y reafirmado por quien escribe), que originalmente hacían música como forma de expresión artística, de manifestación cultural y no persiguiendo un fin netamente económico.Lo que vino después no lo imaginaron jamás.
Ya no quedan bandas independientes y las pocas que hay luchan contra un sistema que al que no le gusta ceder. Hoy en día un grupo con algunos temas hiteros y gracias a un par de sponsors, una productora y una tediosa rotación en La Mega puede ser parte de algún festival de moda sin haber gastado escenarios.


El rock se ha transformado en un negocio increíble. Sin ir más lejos Obras ,el templo del rock, ahora se llama Estadio Pepsi Music, el Monsters Of Rock fue reemplazado por el QUILMES / PEPSI Rock; clásicos festivales con mucha gente vip, sushi, champagne y poco rock and roll.
Antes el público de rock confeccionaba sus remeras a puro talento y dedicación, hoy en tiendas como OSSIRA venden modelitos a precios exorbitantes con inscripciones del tipo RAMONES en dorados o plateados furiosos.


Si eras rockero tenías que ir a Halley, La Negra , Dishule o Cemento a bailar rock, hoy en cualquier boliche pasan sin solución de continuidad reggeton, cumbia villera y rock nacional . Lo peor es que a la gente le da los mismo Calle 13 que Soda Stereo, Andrés Calamaro o Intoxicados.


Las cortinas de cualquier programa de TV son temas de bandas de rock, en todas las comedias de Polka ponen a un pibito/a medio loquito con una remera de los Stones del primer al último capítulo.¿Quién no escuchó alguna vez el solo de Sweet Child of Mine saliendo del parlante desconado del algún celular? ¿Quien no sufrió aunque sea unos segundos cuando vió a la Tota Santillán vestido de Gene Simons ? Miles de chicos van a conciertos de rock sin haber escuchado la Rock and Pop alguna vez en su vida.

Todo parece haberse distorsionado desde aquella primera temporada de "Los Osborne". Quien hubiese presagiado el peor formato televisivo con el rockero más rocker del mundo como protagonista. Quizá la culpa la tenga Babasónicos y su fantástica idea de dejar de ser surffers marginados para transformarse en cool y glamorosos.
Blogger, Flicker, Flogger, Rocker parece ser la formula del momento. Dónde quedaron las letras críticas y sobre realidad social del periodísticamente apodado " rock barrial " de los noventa. ¿Qué les pasó a MTV y Much Music?
La realidad indica que el rock fue absorvido por el sistema al punto de dejar de ser contracultural para transformarse en moda. Las empresas de celulares buscan adeptos jóvenes siendo los sponsors más grandes de conciertos de rock, cualquier político quiere una banda de rock en algún acto proselitista y hasta una prepaga le robó un tema a Attaque 77 para la campaña de su plan joven.
La pregunta es sí podrá el rock sobrevivir a su materialización para volver a sus orígenes. Por ahora resta resistir teniendo muy cuenta que por un lado existen músicos haciendo su caminito al costado del mundo y por otro un público que sabe buscar más allá de las vidrieras. Apostemos a la idea de creer que a pesar de la industria cultural aún permanece viva la identidad ideológica del género que logró transformarse en la expresión popular de otras formas de espíritu contestatario.


miércoles, 23 de julio de 2008

UN MÉDICO A LA DERECHA


Hace mucho tiempo se despertó en mí la fascinación por los acontecimientos climáticos. Visito la página del servicio meteorológico nacional diariamente y leo cualquier tipo de artículo referido al clima; miro películas como Twister, El día después de mañana y con el tiempo llegué a la conclusión de que lo único potable de los noticieros de TN y Canal 13 son los pronósticos del gran Fernando Confesore.


Explicar el porque el año pasado estábamos festejando la caída de nieve en Buenos Aires y hace una semana en la misma estación tuvimos que volver a sacar las ojotas del placard puede llevarme una cantidad indescifrable de líneas. Y la intención no es aburrir a los lectores, solo llevarlos a la reflexión.


Quiero creer que este interés no tiene que ver con la vejez que me persigue sino por mero apego al conocimiento. Existen algunas pruebas que inclinan la balanza hacía la primera opción; desde ayer un temeroso dolor de espalda, una tos molesta y cantidades indescifrables de mocos se apoderaron de mí. Tengo frío y calor con la misma facilidad en cuestión de segundos con lo cual comprobé que hay por lo menos tres cosas que hago y que por mi estado tendré que modificar, a saber:

  1. Ya no puedo ir al gimnasio y volver en remera (aunque haga calor en pleno julio)

  2. Ya no puedo salir un sábado a la noche sin abrigo (entiéndase por campera y bufanda),

  3. Ya no puedo salir a la mañana con la cabeza mojada (el dato de que tengo el pelo por la cintura es importante en este punto)

Por otro lado hay muchas más pruebas que certifican que mi cuadro tiene que ver directamente con los exabruptos climáticos que se explican más arriba y la increíble propagación de virus extraños que nos atacan. Sin ir más lejos hace una semana estuve dos veces en un consultorio médico repleto enfermos, toda la gente que me rodea tiene, tuvo o no sabe que tiene gripe, bronco espasmo, o alguna de esas enfermedades del momento.Y todo esto no tiene nada que ver con la edad,¿ no? diganme que no.

Como este blog también es un servicio les dejo dos consejos; abrigensé que sigue el frío hasta el domingo y si no quieren enfermarse no me vean.

miércoles, 16 de julio de 2008

EL BONDI A FINISTERRE


El sonido siempre inoportuno del despertador esta vez llegó tarde. El insomnio hacía una hora se había apoderado de mí. Era temprano, la oscuridad todavía reinaba en el ambiente; conté hasta tres y puse los dos pies en el piso frío.

La ducha ayudó a ponerme en tiempo y espacio; casi por inercia me vestí, me peiné, despejé los ojos del exceso de rimel, me asomé a la ventana más cercana para comprobar la temperatura que proyectaba el televisor negro colgado de la pared al mismo tiempo que colocaba un sin número de cosas adentro de la cartera.



Alcancé a tomar dos vasos de agua, saludé a Jagger- Ozzy (un ovejero enorme que tiene por costumbre pararse en dos patas sobre mí para darme los buenos días) y partí bajo la humedad espesa rumbo a una nueva entrevista de trabajo.



Afuera estaba pesado, el olor de mi propio perfume se condensaba en la nariz tras cada cuadra recorrida; en la calle la gente caminaba apurada hacía la parada del colectivo. Sí, todos con la misma intención aunque con diferentes destinos. Al doblar la esquina lo que venía imaginando se hizo realidad; una fila infernal de personas intentaba treparse a alguno de los tres VIASUR que esperaban impacientes.



Logré subir al último, la calefacción al máximo empañaba los vidrios, mientras más de una mejilla al rojo vivo manifestaba la sofocación. Las ventanas selladas terminaron de coronar un ambiente indescriptible.



Segundo día de la semana, actos, calles cortadas, manifestantes, patrulleros, bombos, banderas: Caos. En estos casos uno suele tratar de llegar a destino como sea y a horario, no importa que pase dos metros más allá del lugar al que tenemos que ir. Por suerte en Paseo Colón el panorama no era complicado.


La autopista no estaba cargada, faltaba mucho para que comenzaran los actos y la gran concentración, salvo el calor que subía desde los pies hasta el último mechón de pelo todo anunciaba un día de suerte. El sol brillaba con intencidad sobre el río de la plata, tanto que lograba traspasar los vidrios negros de los Orbital que cubrían mi rostro. Faltaban metros para llegar cuando el chofer hizo una maniobra inesperada. Nunca bajó en Huergo, dobló a la derecha mientras todas las miradas sorprendidas se fijaron en su nuca descubierta.



- ¡La reputa madre! dije al mismo tiempo que imaginaba como tirarme del bondi en los próximos 5 minutos.
- Me subí al otro ramal . ¡¡Qué Boludaaa!!


En eso una mujer se acercó al conductor y entre dientes mantuvieron un diálogo corto, indescifrable a la distancia. Cuando vuelve al asiento la encaro y ahí me entero que la boluda no era yo sino el "señor" chofer que se había confundido de recorrido. Bajó en 9 de Julio, el embotellamiento era como el de la película de Bruce Willis, Un Día de Furia. Las bocinas sonaban una y otra vez mientras un auto con el tren delantero destruido estaba atravesado en plena Avenida.


Conté hasta mil y me senté, al final el desvío me favoreció. Llegué temprano, busqué la dirección, como faltaban veinte minutos para la entrevista me senté en un bar y pedí un café (pensé seriamente en una Coca Cola o un Gancia batido para tomar coraje, pero abandoné las idea rápidamente cuando miré el reloj; eran las 9:40).
A la diez en punto toqué el portero, suspiré , crucé los dedos y entré.