miércoles, 26 de agosto de 2009

DESPENALIZACIÓN



La Corte Suprema de Argentina despenalizó el consumo personal de la marihuana (cannabis) y reconoció que no puede influir en las decisiones particulares de cada individuo, siempre y cuando no ofendan el orden y la moral pública.
Esta noticia trajo, una vez más, diferentes reacciones entre la opinión pública argentina. Así como también confusas interpretaciones.
La cantidad de boludeces que se escuchan son directamente proporcional a la cantidad de boludos retrógrados que hay en este país, es decir muchísimas.
Que quede claro que se despenalizó "el consumo personal" siempre y cuando no se dañe a terceros. O sea olvídense de fumar en ronda en la plaza del barrio. No queda otra que disfrutar de la noticia en casa, pongan un disco de Marley y recuerden ; "NO AL NARCOTRAFICO : AUTOCULTIVO"

jueves, 20 de agosto de 2009

CALLEJEROS; La NO Sentencia


Es muy difícil sentarse frente al teclado y escribir sobre un tema tan doloroso. Pero hablar al respecto y tomar conciencia ayuda sin dudas a que NUNCA MÁS sucedan hechos semejantes. Este país tiene la histórica y triste costumbre de tomar conciencia y tener memoria después de llorar a muertos inocentes.
Veo las imágenes y cierro los ojos de dolor. No puedo evitar sufrir por todos esos pibes, pienso en que me pudo habar pasado a mí en cualquier lugar y viendo a cualquier banda de rock. Voy a recitales desde los 15 años, Cemento, Obras, El Marquee, Micro Estadios, canchas de la B y la C venidas abajo……tantos lugares que podrían haber sido Cromañon. Cualquier cine, cualquier parque de diversiones, un tren, un subte. Fue el 30 de Diciembre de 2004, pudo ser antes, puede ser hoy. Sabemos que con unos pesos todo se puede, que a nadie le importa la vida del otro y que para estar ajeno a algún tipo de malaventura no deberíamos salir de casa.
194 muertos, no es un número, no es una estadística; son caras colgando de los pechos de padres, amigos y familiares desesperados. Son miradas jóvenes llenas de sueños truncados por malas decisiones de otros que los vieron y los ven como una cifra y no como personas.
Son los dueños de esas zapatillas gastadas, derretidas, negruzcas que apenas empezaban a caminar la vida. Son víctimas de la corrupción, la negligencia, el abuso de poder, la irresponsabilidad, la ambición de un puñado de HIJOS DE PUTA que se cruzaron con su destino.
Cómo poder mirar con claridad ante tanto sufrimiento y ante tanta injusticia. Cómo dejar de mirar para el costado y asumir que fue en un concierto de rock y no en otro espectáculo, cómo hacernos cargo de muchas cosas mal hechas durante años. Cómo asumir la responsabilidad aunque duela.
Tantas opiniones, tanta información, demasiada desinformación y la misma injusticia de siempre. Comprobar todos los días que la justicia de este país es una mierda es vergonzoso.
Quién me explica porque algunos fueron condenados y otros no. Porque el Manager sí y la banda no, Sí todos sabemos que eran parte del mismo equipo de decisión. Porque un policía sí y otros no. Por qué 20 años a Omar Chabán y Callejeros absuelto. Cuál es la identidad de la persona que encendió la bengala que produjo el incendio.
Hay un culpable y muchos responsables. Todos, del primero al último, deberían estar presos. No entiendo que pasa por la cabeza de esos chicos abrazados, agitando banderas, festejando ¿qué?
Callejeros sabía que se cortaron 3.000 entradas en un lugar de capacidad para 1.000. Callejeros le proveía pirotecnia a sus seguidores. Callejeros producía sus shows. Callejeros dijo no conocer gente que trabajaba para ellos. Callejeros nunca asumió su responsabilidad públicamente. Y de eso se trata, su soberbia actitud los puso en el ojo de la opinión pública. Con que cara se paran en un escenario frente a miles de personas. Callejeros no respeta ni asume la muerte de 194 personas. Callejeros tiene que pagar.

lunes, 3 de agosto de 2009

CUELGUE


Mientras la lengua apretaba contra el paladar un caramelo Suchard súper ácido los ojos achinados miraban hacía afuera a través de un vidrio manchado. Una frenada potente, de esas que dejan huellas en el asfalto, atrajo su atención; aunque fueron miles de pensamientos cruzados los que mantuvieron la vista fija por algunos minutos más.
Afuera los autos iban y venían, los perros olfateaban bolsas de basura, chicos a montones salían de la escuela, el reflejo del sol tímido que obligaba a fruncir el ceño. Adentro una radio de fondo, una canción que coreaba una y otra vez “quedate despierta, no me olvides” sonaba del único auricular colgando del oído izquierdo, murmullos, risas y ruido a cubiertos; la espalda acalambrada pidiendo cambio de posición, las piernas largas enroscadas debajo de un escritorio y una Bic negra garabateando estrellas en una hoja cualquiera.
Transportarse aunque sea con la mirada, las ganas de estar allá donde quiera que sea y no acá, el delirio de salir por esa puerta para nunca más volver, la necesidad de encontrar un porque al ¿por qué? La esperanza de que algo mejor tiene que haber se desvanecía ante cada timbrazo del incansable teléfono que dividió la realidad de la ilusión.