jueves, 1 de julio de 2010

CRÓNICA



Afuera. Las hojas de un árbol perenne lloraban las primeras gotas de rocío en un húmedo amanecer de invierno. El aliento de un perro callejero se desvanecía en el aire mientras un camión recolector de basura intentaba el décimo arranque.
Adentro. Los ojos entreabiertos visualizaban un flashback de imágenes futuras de un calcado nuevo día. Las sábanas tibias invitaban a nunca salir al mismo tiempo que el cuerpo estirado anhelaba no tener tanto espacio libre para sumirse.
El olor a café recalentado se esparcía por la cocina y la ducha caliente ayudaba a despabilar mientras la carrera contra reloj para cumplir con la rutina matinal arrancaba sin pudor. Escuchar la radio, mirar el pronóstico, ponerse la ropa, luchar con el peinado, revisar el bolso, agarrar la llave y salir.
Salir pensando en volver. Las nubes acompañando cada paso hicieron difícil la tarea del buen ánimo. Un rock a toda máquina tapaba el bullicio descomunal de miles de personas yendo hacía el mismo lado en una mañana gris de un jueves sin mundial.

1 comentario:

Andrés dijo...

Muy buena, felictaciones.