domingo, 19 de octubre de 2008

SEGUIME CHANGO SEGUIME VOLUMEN IV

El 18 de Octubre El Bordo tocó en 565, La Plata, en el marco de su décimo aniversario

Sábado a la noche los resabios del otoño trajeron una brisa fresca después de un día apenas caluroso. Las luces de la ciudad mareaban a los transeúntes al mismo tiempo que los locales del centro bajaban las persianas; mientras esquivaba diagonales mi memoria hizo un raconto de aquellas primeras oportunidades en que vi a un grupo de adolescentes que solían talonear bandas sobre las legendarias tablas de Cemento. Desde entonces supe que llegarían lejos.
Al margen de festivales cargados de sponsors y gigantescas campañas de marketing existen grupos que deciden emprender un caminito al costado del mundo dando pasos lentos pero mucho más firmes. De eso se trata EL BORDO; una banda que en diez años creció musical y profesionalmente al mismo tiempo que tras cada escenario recorrido fue conquistando corazones.
Con la excusa del festejo de su aniversario y de llevar YACANTO (su último trabajo discográfico) la banda de los hermanos Kurz aterrizó en la capital de la provincia de Buenos Aires.
En la entrada una escalera de cemento invitaba a entrar, arriba el humo y un vaho tenue cubrían el ambiente al mismo tiempo que más de uno luchaba para que la espuma espesa de la cerveza no desbordara por enormes vasos de plástico. Los desniveles del lugar multiplicaban tropezones pero favorecían la visión, el techo de cemento pintado de negro furioso auspiciaba de sostén de tubos, lámparas y reflectores de todos los tamaños. Abajo el agite del público calentaba aún más la espera.
Pasadas las diez la oscuridad fue integra, solo tres luces rojas y una azul iluminaban el recinto, fueron 15 minutos donde la euforia fue la única protagonista. La adrenalina recorría los cuerpos de cientos de espectadores que esperaban ansiosos un electroshock de potencia. Cuando la impaciencia asomaba los acordes de No Quiero dieron el punta pie inicial a una noche a puro rock.
La energía retroalimentaba los espíritus arriba y abajo del escenario, la banda se impuso con furia y personalidad logrando un ensamble perfecto con su público.
Las almas se reconfortaron aún más en temas como En La Vereda, Cansado de Ser, La banda y A Mí Favor, el play list recorrió toda la discografía, fueron dos horas mágicas en las que la comunión de sentimientos y emoción fue el condimento esencial, eso que hace que tratar de transmitir lo que ocurre en shows de bandas como El Bordo resulte una misión imposible. Sin dudas son una banda con fuerza y actitud; cuya poesía y concepto general los llevaron a superar el rol de promesa del rock argento para ocupar las primeras líneas de la escena local.
Cuando los extractores de aires apostados en las paredes comenzaban la ardua tarea de ventilación el saludo conjunto de los músicos marcó el final. Lentamente se fueron plegando banderas enormes al mismo tiempo que la gente buscaba la salida con un golpe de vista.
A la medianoche la sensación de felicidad todavía flotaba en el aire, mientras el cuerpo se reponía la mente programaba un nuevo encuentro con esa impresión de libertad absoluta.

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