martes, 29 de abril de 2008

DÍA DEL TRABAJADOR

"Si creéis que ahorcándonos podéis acabar con el movimiento obrero ... ¡entonces ahórcadnos! Aquí pisoteáis una chispa, pero allí y allá, detrás de vosotros, frente a vosotros, y por todas partes, las llamas surgirán. Es un fuego subterráneo. No lo podréis apagar".
Albert Spies (ejecutado en Chicago el 11 de noviembre de 1887)

Dedicado a mi viejo un gran trabajador y mejor persona defensor de sus derechos y el de sus compañeros; él me enseñó el significado de la solidaridad y sobre todo pelear por lo justo frente a quien sea con las armas más importantes: Educación, Humildad y Honestidad.

Mayo es un mes marcado por una historia, una tradición de lucha que arrancó un primero de mayo de 1886 allá en Chicago, cuando un grupo de trabajadores organizó una movilización popular en reclamo de la jornada de ocho horas en una época en que lo “natural” era trabajar entre 12 y 16 horas por día. La mayor democracia del mundo respondió brutalmente y, fraguando un atentado, encarceló a un grupo de militantes populares en los que intentó escarmentar a toda la clase trabajadora de los Estados Unidos y por qué no, de todo el mundo.


Los obreros de todo el mundo eligieron el primero de mayo como jornada de lucha, de recuerdo de sus compañeros y de lucha por sus derechos, de ratificación de su condición de ciudadanos libres, con plenos derechos, según decían las propias constituciones burguesas que regían la mayoría de los Estados modernos. En nuestro país cada primero de mayo nuestros trabajadores tomaron las calles desafiando al poder, recordándole que existían y que no se resignarían a ser una parte del engranaje productivo. La lucha logró la reducción de la jornada laboral, las leyes sociales y la dignificación del trabajador.


Persecuciones salvajes, secuestros, torturas y desapariciones, durante los gobiernos golpistas, amenazas de despidos, rebajas salariales, precarización laboral y la complicidad de algunos dirigentes sindicales, son en los últimos años las armas del poder para mantener y aumentar su tasa de ganancia a costa del sudor ajeno.


Hoy padecemos la pérdida de valores básicos como la solidaridad, abonada en los 90, épocas hasta donde las leyes que protegían a los trabajadores se volvían tan “flexibles” como inflexibles se volvían las leyes que garantizaban el enriquecimiento ilícito de los funcionarios a los que se les pagaba sueldos y sobresueldos con la excusa de defender los derechos de los ciudadanos e inflexibles se volvían las seguridades jurídicas que, como sabemos, sólo son para los dueños del poder y las cosas.


La esclavitud debe dolernos a todos, debemos volver a aquel humanismo que supimos conseguir, a dolernos y solidarizarnos con los más desprotegidos, aquel humanismo que proclamaba el Libertador San Martín cuando abolía la esclavitud en el Perú un 12 de agosto de 1821: “Una porción numerosa de nuestra especie ha sido hasta hoy mirada como un efecto permutable, y sujeto a los cálculos de un tráfico criminal: los hombres han comprado a los hombres, y no se han avergonzado de degradar la familia a la que pertenecen vendiéndose unos a otros. Las instituciones de los pueblos bárbaros han establecido el derecho de propiedad en contravención al más augusto que la naturaleza ha concedido.”
Fuente: www.elhistoriador.com.ar


Cabe aclarar que Estados Unidos es el único país del mundo en el cual no se conmemora este día. Lo cual no es asombroso, el capitalismo y los derechos de los trabajadores nunca van de la mano. Lo que si es incomprensible es que en un país como el nuestro todavía existan lugares en los cuales los empleados no pueden no sólo reclamar sino tampoco hacer valer los derechos amparados en la constitución nacional. Y lo que es peor aún, que exista el trabajo en negro, la explotación y la denigración por parte de empleadores descarados que actúan con total impunidad. El trabajo dignifica y sin fuerza de trabajo no hay empresa, fábrica u oficina que funcione; eso es algo que nadie debería olvidar.




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Capitalismo es plusvalía, ganancia desmedida del patrón, venta de la fuerza de trabajo. Proletarios uníos! Nos toca vivir un panorama jodido a esta generación q no olvida y quiere creer en el progreso.
Slds Evangee

Anónimo dijo...

Muy buena la crónica, comparto q debe haber solidaridad. Estoy podrida del trabajo en negro, quiero otro país para mis morochos

Anónimo dijo...

Sí el trabajo dignifica, pero aunque el mercado laborarl se haya abierto un poco aún es díficil conseguir un buen empleo. Sobre todo para los profesionales que intentan hacer sus primeros pasos.
Ni hablar de que en muchos casos las ofertas son deplorables; te piden mil requisitos para laburar 12 horas por el básico del básico.

Saludos

Anónimo dijo...

Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia