viernes, 7 de octubre de 2011

Y JUSTO PENSÉ, PENSÉ POR PENSAR




“ ….Me acaban el cerebro a mordiscos bebiendo el jugo de mi corazón “






Viste cuando te queres olvidar de algo y todo el tiempo todas las cosas te lo recuerdan. Incluso si se trata de alguien resulta que por días mucha gente con la que te cruzas se llama así, escuchas aquel nombre en el tren, en el colectivo, en una serie, en la calle o dónde quieras que estés.



El destino es tan raro que se ensaña con algunas cosas. Buscas salir distraerte para no pensar y te vas a ver a tu banda favorita y estás en el recital levantas la vista mirando la nada y justo en la platea de arriba escrito con rojo furioso y letras gigantescas dice: Este estadio se llama “Fulano De Tal” Sí el estadio tiene el mismo fuckin nombre que queres olvidar. Ahí pones en duda a tu destino, el azar y todo tipo de boludeces que buscas como prueba fáctica de por qué te pasa lo que te pasa.



Y todos los días son iguales, y descubrís que abandonaste los furiosos rockanroles de AC/DC y te sorprendes cantando temas como Creep de Radiohead o cualquier canción de esas que hablan de perdedores o sueños truncos. Y te da lo mismo comer o no, salir o quedarte en tu casa mirando una maratón de V Invasión Extraterrestre.



Es viernes y no te importa. Miras llover por la ventana empañada del tren que te lleva al laburo y tenes ganas de que ese tren te lleve al infinito y más allá. No sé por qué uno piensa que irse lejos donde sea siempre es la mejor solución. No sé por qué uno piensa tantas cosas.



En esas etapas de constante desilusión, de búsqueda espiritual que concluye en la nada misma porque ni ganas de encontrarte sólo de dormir y despertar en un par de meses, años y con otra vida si fuera posible.



No sé si ese estado seudo “depresuicida” es percibido por el resto de las personas que nos rodean, porque es cierto que en momentos así muchos son los que se empeñan en decirte cosas lindas, en resaltar tus cualidades o en darte palabras de aliento al mismo tiempo que tu subconsciente parece aislarse y no asimilar semejantes pruebas de optimismo para que no dejemos de saborear nunca ese ácido gusto a derrota personal.



Casi sin darte cuenta caminas con una nube negra sobre la cabeza, cuál Pantera Rosa, vayas a donde vayas como si tu propia mano se empeñara en tapar el sol que alguna vez iluminó tu alma. Ya no sos vos, pero intentas volver a serlo y por momentos resulta, solo por momentos.



Ahora resta esperar a que ocurra el famoso “todo pasa”, a que tu destino doble la esquina y te sorprenda otra vez en el sendero de la alegría, a recuperar la esencia que te hacía ver todo de otra manera, ese espíritu siempre rebelde . Que vuelva ese pedazo de alma que te arrancaron de raíz y sin anestesia.



Decime que alguna vez te sentiste así; decime que va a volver el rock & roll, decime que hay un después aunque sepamos de ante mano que la “buena felicidad, dicen, que no se nota”

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